domingo, 22 de mayo de 2011

No te arrepientas de lo que hagas, sino de lo que no hagas.

Un amigo me dijo una vez: No te arrepientas de lo que hagas, si no de lo que no hagas.
En su momento me hizo pensar, pero tampoco le dí mucha importancia.
Hoy me doy cuenta de lo que en verdad se siente cuando te pasa algo así.
Todos pensamos en estar con unas personas y con otras, ligar, seducir, enamorarse o mejor dicho jugar a enamorarse, ser el mejor por estas tonterías. Encuentras a personas con las que congenias, estas con ellas y si, las amas, es decir, le amo.
Peor hay días en las que hablas con otras, que conoces desde la infancia, y sin querer te sinceras, os sinceráis, pero con miedo a que esa amistad se dañe. Te das cuenta de que en aquellos momentos en los que jugabas a ser mayor podías haber estado más pendiente en aquellos pequeños detalles que te hacían sonreír todos los días; una mirada, una broma o el simple hecho de que sea tu amigo.
Ahora las cosas son casi perfectas, tengo a mi lado a un chico que me quiere, y que a la vez le quiero, que con solo una mirada me hace feliz.
Pero por otra parte, pienso en como serían las cosas si me hubiera sincerado antes, si hubiese reaccionado tal y como pensaba en esos momento en los que te tenía a pocos milímetros. Nadie predice el futuro, pero hay algo que si puedo asegurar, algún día buscaré en esa persona la felicidad que ahora me arrepiento de no haber buscado antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario